jueves, 22 de noviembre de 2007

Infanticidio

Yo nací en 1980,
generación divina con marco de transición en déficit.
El golpe de estado,
me pilló durmiendo y al despertar
ya había acabado.
Yo si jugué con los amigos a tirarnos piedras,
y pantalones con rodilleras pegadas a plancha,
rotas también de jugar al fútbol sobre el asfalto del barrio;
y nocilla, y pan y chocolate, y mercromina,
y revistas porno en la basura. Gran tesoro.
Y mi madre gritando en la ventana: ¡Eduardo, sube que se hace tarde!.
Nos encontraba la noche jugando en la calle.
Y jeringuillas en las esquinas.
Yo también estudié con monjas y con curas;
me enseñaron lo suficiente sobre dios, para no creer en él.
Y lapices de colores, y cromos de la liga con Zubi de portero,
y Perico en las chapas, y canicas de "gasolina", y poskitos,
y niñas con coleta y diadema, y naranjito,
y "señorita yo no he sido".
La primera tele que vi era aún en blanco y negro. No daba para más.
Dos canales y nos sobraba uno.
Y contra todo pronostico fuimos creciendo
en esta España que de pronto fue Europa,
pero daba igual porque el barrio seguía siendo de cemento,
pero la tele tomo color y canales, y la nocilla se llamó nutella
y el fútbol de asfalto se jugaba en la Play.
Y un idiota nostálgico siguió escribiendo,
las mismas bobadas de nuestros padres sobre su niñez.
¿Lo harán nuestros hijos?.