sábado, 22 de octubre de 2005

Aforismos y Epigramas VII

Creer en la posibilidad de conseguir un mundo más justo y feliz es de locos... por eso me dan pena los cuerdos.

Me inspiran más confianza las personas que conocen sus contradicciones que las que afirman sus convicciones.

La culpa de que yo no crea en Dios la tiene el Diablo.

No solo me arrepiento de haberme equivocado sino que estoy dispuesto a repetirlo.

Si existe el destino... alguien me puede explicar que cojones ha hacemos aquí.

Addedas y paráfrasis

El camino del exceso conduce al templo de la sabiduría, y la sabiduría conduce al hogar de la calma.

Es una suerte acertar mientras se piensa, lo mismo que errar.

Nietzsche se equivocó: lo que no me mata, me empeora

¿A qué noche llamas esperanza?


¿A qué noche llamas esperanza?.
Aquel cielo ya no es una promesa
murió con tu último gesto.
Se desplomó la paz que construimos
y a pecho abierto descubrí la madrugada.
Lo rotundo de tus ojos
cercenó la última sonrisa
y ahora solo queda la maleza
y el estío y el hastío.
La guerra que te prometí
ya no te la debo.
La mentira es el alba
que se derrama con tus lágrimas.
Aquel cielo ya no es nuestro.
Aquel cielo ya no es nada.

Se miraban

Se miraban.
Sin saber que se estaban matando
se miraban.
Sin saber que se estaban amando
se miraban.
Sin saber que se estaban odiando
se miraban.

Peter Pan ha muerto

Me golpean,
y busco el báculo
pero su luz me ciega.
¿Otra vez la noche?.
Silencio.
El niño ya no grita...
Duerme.
No eres nada
y esos es bueno...
¿Por qué llorar?

lunes, 17 de octubre de 2005

El naufragio

Empecé a quemar las naves,
a cerrar el silencio con un portazo,
a buscar entre los restos del naufragio
una salida honrrosa.
No había escapatoria.
No me convencieron las luces
ni los cantos de sirena,
fue un suicidio, lo admito,
pero yo no apreté el gatillo.

jueves, 13 de octubre de 2005

Distancia etérea

Palpita la distancia etérea
de mi cuerpo que te roza,
y a la vez que te desea
sin tocarte aún te intuye.

Se disipa muy callada
su mentira, que resbala
plumiforme por tu rostro-porcelana.

Nunca noble su mudable compañía;
sabe a derrota tu piel de cortesana.
Hasta donde la noche recuerda,
no hubo querubín de Venus
tras su pecho nunca.

No se si mientes cuando hablas,
pero has de mentir si rezas
pues no existe dios alguno
capaz de inventar tu belleza.

El observador

El observador,
eterno medidor de distancias
siendo él mismo
un obstáculo.
Sin llegar a estar
y siendo lo que es.
Sin más.
Un camino se construye,
se hace, es en si mismo
por la distancia.
Tramos que se alejan.

Miembro de nada,
esencia misma del todo.
No mira el observador,
calla distante,
alejado incluso de si mismo;
sin principio ni fin,
siendo por si solo
el camino permanente,
la acción inmovil,
acto puro de ser pensante.

No avanza, no retrocede,
sin permanecer
pero al tiempo estando fijo,
convirtiendo las distancias
en un experimento
de proximidad consigo mismo.

Aforismos y Epigramas VI

Se llevó a una lágrima a la boca para no morir de sed.

Cuando me vaya, no lamenteis que haya muerto; celebrad que he vivido.

El arte es una droga que puede llegar a matar de sobredosis.

Dios se lleva a los mejores... por eso la vida es un infierno.

Si la muerte no muere, entonces ¿la vida no vive?.

miércoles, 12 de octubre de 2005

Banderas


Hoy me han dado a elegir una bandera
tejida de seda y grandes ideas
plagadas de nombres de gente "sincera"

Hoy me han dado a elegir una bandera
que sueña imperios, que traza fronteras
que viste de negro familias enteras.

Hoy me han dado a elegir una bandera
con la que la verdad se tapa
si la noche hiela.

Bandera con hoces
Bandera con flechas
Banderas de estrellas
Baderas muy negras.

Hoy me han dado a elegir una bandera
sembrada de muertos que siguieron su estela
que promete un futuro en un cajón de madera.

Hoy me han dado a elgir una bandera
izada por hombres de viejas escuelas
sofistas de paz, señores de guerras.

Hoy me han dado a elegir una bandera
que sirve de soga que al cuello te pone
quien menos te esperas.

jueves, 6 de octubre de 2005

Aforismos y Epigramas V

He estado en muchos antros de buena vida y mala muerte... y viceversa.

Sacadme de allí.

No tengo miedo a la muerte. Si lo tuviera me pegaría un tiro.

El corazón no importa. La mente es un emperador que no necesita bufones.

Está bien sufrir la locura... pero cuando es la tuya.

miércoles, 5 de octubre de 2005

Levantando patrias


Hay quien dice
que no hay que hacer nada;
es lo útil, lo lógico, lo razonable.
Que la historia siempre fue así,
que así seguirá siendo.

Hay quien dice que luchar
es perder cada día un poco
y no se mueven,
no lloran, no gritan, no ríen.
Y se miran orgullosos de su nada,
satisfechos de su estar pasivo,
y le ponen medallas a su quietud
pensando que están levantando patrias,
que están levantando patrias...

Y forjan grilletes y cadenas
para ellos, para todos, sonriendo
inconscientes tras las rejas.
Proclamando que son libres
entre los muros de su celda.

No se puede hacer nada afirman,
y no lo hacen. No hace falta.
Y se mueren convencidos
de que estan levantando patrias,
que estan levantando patrias...

Sacan en procesión
los laureles de batallas vetustas,
mientras se llenan la boca
de lapidarias palabras castrenses
y desenfundan el sable del honor
y la muerte... y la muerte.

Hablan de paz, de cementerios,
de grises días guiados
por mano de hierro
y niegan lo que no entienden
convencidos de estar levantando patrias,
que están levantando patrias...

Se les cae el desprecio
de cada mirada,
su hombro es un observatorio al mundo,
y afirman, seguros de si mismos,
que por encima sólo Dios.

Inventan ira y desdén
para los que no visten su uniforme
ni caminan bajo su bandera,
ni bajo bandera alguna,
y les odian, orgullosos
de estar levantando patrias,
de estar levantando patrias...

Tras enlutadas capillas
ruegan por las almas
vestidas de cuerpos
que no conocen su credo,
que no necesitan su credo.
Y temerosos de su Dios colérico
ofrecen oro en sus altares
para sobornar su culpa
mientras rezan al Dios de los hombres
para levantar patrias,
levantar patrias...

Y es cierto; están levantando patrias,
pero por el cuello

Eva


Eva, que pasea sus piernas por esta ciudad;
en coches ajenos a trabajar.
Eva, que busca otro cuerpo, que la quiera pagar
noches de insomnio en un sucio hostal.
Eva, que hoy la he vuelto a ver pasar
un rosto cansado bajo las luces de esta ciudad.
Eva, asfalto mojado, espejo brutal
que busca un pasado que se pueda contar.
Eva, que vende su cuerpo en la esquina de un bar;
canción para una boca que no sabe cantar.

Eva, que no tiene principio, que no tiene final.
Eva que sus lágrimas ya no saben a sal.

Eva, ningún paraiso del que pueda escapar,
dos gramos y medio para aguntar.
Eva, que la droga ya no la puede matar,
ayuda a caminar cuando las cosas se ponen mal.
Eva, que se desdibuja en una botella,
que sabe de la noche más que las estrellas.
Eva, que se ha negado a soñar
y vigila la noche desde algún portal.
Eva, que no quisiera crecer
pero nació muerta la niña que fue.

Eva, que no tiene principio, que no tiene final.
Eva que sus lágrimas ya no saben a sal.

Visión

El delirio etílico
dibujó un demonio
en el espejo. Yo.
Poder. Nacía y moría
en mí el mundo.
Miedo. Demasiado más allá
de la línea.
No. Tal vez más adelante.