sábado, 25 de marzo de 2006

Progreso


La poesía sutìl,
fina seda de los verbos,
murió aplastada por el tren de la línea 1.
Subway.
¿Oyes el hit-hat arrítmico de las bolsas del supermercado?

Ya no hay aventura en la palabra;
nadie la ama.

Sólo escucho ya el latir nauseamundo
de lo que quieren llamar progreso:
Tic, tac.
Tuerca, llave,
tuerca, llave.
Tic, tac,
tic, tac.

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