miércoles, 5 de octubre de 2005

Eva


Eva, que pasea sus piernas por esta ciudad;
en coches ajenos a trabajar.
Eva, que busca otro cuerpo, que la quiera pagar
noches de insomnio en un sucio hostal.
Eva, que hoy la he vuelto a ver pasar
un rosto cansado bajo las luces de esta ciudad.
Eva, asfalto mojado, espejo brutal
que busca un pasado que se pueda contar.
Eva, que vende su cuerpo en la esquina de un bar;
canción para una boca que no sabe cantar.

Eva, que no tiene principio, que no tiene final.
Eva que sus lágrimas ya no saben a sal.

Eva, ningún paraiso del que pueda escapar,
dos gramos y medio para aguntar.
Eva, que la droga ya no la puede matar,
ayuda a caminar cuando las cosas se ponen mal.
Eva, que se desdibuja en una botella,
que sabe de la noche más que las estrellas.
Eva, que se ha negado a soñar
y vigila la noche desde algún portal.
Eva, que no quisiera crecer
pero nació muerta la niña que fue.

Eva, que no tiene principio, que no tiene final.
Eva que sus lágrimas ya no saben a sal.

No hay comentarios: