Escribeme una canción en la piel
y te invito a mi cama;
no es que esto lo suela hacer
pero tus labios me matan.
Si tomo un trago más
me dejo engañar,
te sigo al infierno,
te ando detras.
Desde Cayao con la luna a la espalda
me haces rodar,
bailando el tango del loco
que te quiere besar.
Calle melancolía,
Gran Via, Tribunal
dónde habita tu olvido
para no pasar.
A quién has robado
esta noche de besos sinceros,
me asusta morena,
quedarme atrapado en tu pelo.
Y si mañana despiertas
y dices haberme engañado,
habrá merecido la pena
romperte las medias,
haberte atado.
martes, 27 de septiembre de 2005
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