lunes, 12 de septiembre de 2005

Supongamos

Supongamos que es verdad
que estamos equivocados,
que es mentira que tengamos la razón.
Supongamos que no habla el corazón
que sólo es sonido acompasado,
no hay látidos ni ilusión.
Supongamos que he perdido la razón
que no hay misterio llamado amor,
sólo un jirón del alma disfrazado de pasión.
Supongamos que supongo
que has cometido el error de acertar
de cubrirte de verdad,
de afirmar lo evidente
con un beso en la frente
para despertar.
Supongamos que de tanto amarnos
se ha herido el corazón
y la llaga solo calma
cuerpo a cuerpo, corazón a corazón.

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