Has debido robarme el alma
porque siento el hueco en las entrañas.
¿Cómo me rindo ahora?
¿De que color visto mis patrañas?.
Otra vez la lucha y la herida,
otra vez las palabras extrañas.
Ojala se te hubiera tragado la noche
con sus rotundas caricias
con sus suaves patadas.
lunes, 28 de noviembre de 2005
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